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domingo, 7 de julio de 2013

La lluvia es una canción sin letra, de Ángel Gil Cheza.

Una de los muchos motivos por los que me gusta leer es porque aprendo cosas nuevas. Ya sé que parece una obviedad, pero el caso es que a veces este pequeño detalle pasa inadvertido. Y con esta brillante novela aprenderás mucho, a no ser que seas un experto en la materia,  de lo que significa trabajar en un yacimiento arqueológico en la actualidad, y de como pueden llegar a ser y a comportarse las personas que trabajan en él. Probablemente lo que verás aquí se parecerá poco a las ideas previas que sobre las excavaciones arqueológicas puedas tener.
Con respecto a la trama, dos historias paralelas con el fondo incomparable de la isla de Irlanda, se entrecruzan en esta novela. Una se remonta a las guerras de poder entre los distintos reinos que se disputaban, con el permiso se los vikingos,  el control total de Irlanda hace más o menos un milenio. La otra transcurre en nuestros días, relatando las peripecias del joven protagonista en los yacimientos arqueológicos de la isla. La novela bascula entre ambas historias con agilidad, y , efectivamente, como se indica claramente en su título es bastante adictiva. Cuenta, además con todos los elementos necesarios de para que una novela tenga éxito, aventuras, amor, intriga, algo de humor, y muchas otras cosas que tendrás que descubrir por ti mismo...
En conclusión, un buen relato, con el que disfrutarás mientras vas descubriendo detalles que, paso a paso, irán conformando unas tramas que aun separadas mil años entre sí, convergerán inexorablemente hacia un final insospechado y audaz.