.Es el que nos ocupa hoy un divertidísimo libro en el que
además de reírnos sin parar, vamos a poder aprender muchas cosas sobre el no
muy conocido mundillo de las citas por Internet para conocer pareja. Así,
acompañaremos a Martina, una atractiva mujer en la treintena a la que el amor
no le ha sonreído mucho hasta ahora, en su periplo romántico-cibernético en
busca de su hombre ideal. Como nota curiosa, y para hacer el asunto aún más
surrealista, debéis saber que no es la propia Martina la encargada de seleccionar
los perfiles adecuados para compartir un café con ella. La labor de
ciber-alcahueta correrá a cargo de su hermana, que en muchas ocasiones hará una
selección previa del mejor perfil, (o a veces, simplemente, del menos malo) y
que incluso no dudará en someter a los aspirantes a una especie de encuentro
con tercer grado incluido previo a la cita definitiva con la interesada.
Es, pues, fácil imaginar la que se puede acabar montando
con una situación así, y efectivamente se monta. A medida que los sucesivos
candidatos van desfilando brevemente por la tambaleante vida de Martina, no
podremos parar de reír, unas veces genuinamente, otras por no llorar, puesto
que no nos va a ser fácil desvincularnos emocionalmente de las desventuras de
la protagonista, sintiendo esa especie de frustración que muchos sentimos
cuando el coyote fracasa una y otra vez en su infatigable persecución del
correcaminos. Así, pues, sufriremos como en carne propia cada uno de los
reveses en la vida de Martina deseando un final feliz más que merecido por el
tesón que la hermana de Martina pone en su empeño.
39 cafés y un desayuno es una lectura fresca, ágil y
sobre todo divertida y entretenida, que desde aquí animo a descubrir.
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