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jueves, 29 de noviembre de 2012

Autoeditar. Algo está cambiando...

Es un hecho claro.El fenómeno de la autoedición está transformando profundamente el mercado editorial. Un autor lo que quiere fundamentalmente es ser leído  puesto que, como artista tiene la necesidad imperiosa de expresarse, de sacar lo que lleva dentro. Y aquí aparece el primer escollo. Hasta hace bien poco, necesitabas el visto bueno de una tercera persona, bien una editorial, bien un concurso literario que te diese el empujón. Obviamente esto presenta un problema importante. Estás a expensas de que la editorial, que no debemos olvidar, es una empresa, de el visto bueno a tu obra. Y te la pueden rechazar, por infinidad de motivos, incluso aunque crean honestamente que es un buen libro. Si la temática no les interesa, o no es vendible, te lo rechazarán. También por supuesto, te lo pueden aceptar, especialmente, si creen que va a ser vendible. Ha habido ejemplos de verdaderas obras maestras que han sido rechazadas inicialmente, como La conjura de los necios. Por otra parte, hay otros ejemplos de libros que parten con un importante apoyo y promoción previa solo porque el autor es un presentador de un programa de cotilleo, o un ex-banquero que acaba en el calabozo. 
¿Y sabéis qué? Una de las pocas cosas buenas qué tiene esta era que nos ha tocado vivir, es que  no hace falta el visto bueno de ningún poderoso para llegar a la gente. Puedes publicar tu obra en los cinco continentes, en formato digital y en papel (impresión bajo demanda, claro está), sin poner un duro, sin sufrir un rechazo (justificado o no), y son los lectores, y no otras personas los que te pondrán en tu sitio. Y, qué curioso, luego son las editoriales las que vienen, como moscas a la miel a perseguir a esos autores noveles que están vendiendo miles de e-books a la semana sin saberse muy bien como llegaron a conseguirlo.
Puedo citar cómo ejemplos a Esteban Navarro, Juan Gómez Jurado o Eva García Saenz. Todos estos autores, de los cuales he leído varias obras, son absolutamente recomendables, y un ejemplo de como los tiempos están cambiando, al menos por una vez, para bien.
Y, yo, hablando desde mi humilde posición de autor que empieza a abrirse paso en este mundo, ya puedo decir con enorme satisfacción que mi libro, Lynx, está llegando poco a poco a cada vez más gente, y que las las primeras críticas independientes que estoy teniendo, (las de amigos no me valen, por más que me juren y perjuren que son absolutamente imparciales), están siendo muy positivas. Recuerdo con mucho cariño una crítica que me ha llegado de América de un tal Félix Segovia: "Trepidante, intenso y lleno de ritmo. Díficil de olvidar. Me ha gustado todo sobre el relato. Quizá se me ha hecho algo corto. Es de verdad fácil y divertido de leer."
No sé si alguna vez llegaré a ser reconocido como un  gran escritor, o un best seller, pero el hecho de  saber que hay algunas personas que han disfrutado de mi libro, y que han sido felices con él, ya  es muchísimo más de lo que nunca hubiera soñado lograr.

1 comentario:

  1. Sí que es cierto que gracias a las nuevas plataformas (que no dejan de ser empresas), los autores podéis daros a conocer con mucha más facilidad. Y los lectores también podemos conocer obras de las que, de otra manera, ni siquiera habríamos oído hablar.
    ¡Suerte con el libro!

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